Desde la Maestría en Educación y Desarrollo Humano queremos conmemorar el legado de amor de la maestra María Camila Ospina Alvarado.
Cami fue una maestra rigurosa, inspiradora, una mujer semilla, creadora de posibilidades y nuevos caminos para sus estudiantes y para las infancias de nuestro país y de nuestra América. Cami fue fortaleza, refugio y faro para sus estudiantes, a quienes acompañó con convicción, ternura y poder transformador.
Las huellas que dejaste permanecerán por siempre en nosotros, marcadas con tinta indeleble, para continuar formando nuevas generaciones de maestras y maestros con sensibilidad ética y política y con profunda capacidad creativa para la construcción de mundos más justos y equitativos.
Por todo lo anterior, por todas las vidas que tocaste y por todas las luces que encendiste, permanecerás por siempre entre nosotros.
Hasta siempre, querida Cami.