A nuestra querida maestra, hija, compañera y amiga, María Camila Ospina Alvarado.
Hoy, con una profunda mezcla de tristeza y gratitud, desde el equipo del Doctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, despedimos a nuestra querida Cami. Queremos honrar su vida y su legado, abrazando en nuestras misiones académicas y personales la luz que dejó con su paso inspirador por esta tierra. Su trabajo incansable por los niños y las niñas de Colombia, su compromiso fervoroso con la paz y su ética inquebrantable quedarán siempre como guía y ejemplo para todos nosotros.
Cami fue más que una profesora. Fue una soñadora valiente, una tejedora de saberes, una defensora incansable de la infancia y una pensadora comprometida con la construcción de un mundo más justo. Su obra no solo marcó hitos académicos de relevancia para América Latina y el Caribe, sino que también dejó huellas concretas y significativas en las comunidades con las que trabajó, tocando vidas y abriendo caminos hacia la esperanza.
Hoy no solo despedimos a una maestra, sino que renovamos nuestro compromiso con su legado. Nos queda su producción intelectual como faro, sus ideas como herramientas para seguir construyendo, y sobre todo, su espíritu como fuerza para continuar. Que su memoria viva en nuestras acciones, en nuestras aulas, y en cada rincón donde su enseñanza llegue a transformar vidas.
Gracias, Cami, por todo lo que diste. Nunca dejarás de ser parte de nosotros.